Por Francisco Appignanesi
¿Cuál es el mensaje que Canserbero buscó transmitir en su obra? A lo largo de muchos años de carrera, el rapero venezolano fue siempre fiel a un mismo discurso, incluso al hacer canciones muy diferentes entre sí. Convirtiéndose en el Poeta, el Campesino y el Índigo construyó un mensaje coherente que hace que todas sus canciones se llamen Vida.
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CLIMA TROPICAL
Tirone José González Orama nació en Caracas (Venezuela), en marzo de 1988. Días antes de su primer cumpleaños, la capital sería sacudida por el Caracazo: Una movilización masiva contra un paquete de medidas neoliberales que nadie había votado, pero se proponía como la solución a la gran crisis que azotaba al país desde hacía varios años. Estas protestas fueron una página negra en la historia venezolana, con infinidad de hechos de violencia que terminaron con las vidas de miles de personas a manos de la policía.
Así, el “Chamo González” vivió su niñez en medio de una de las mayores crisis financieras, en la década de los recortes, la represión brutal y la falta de contención social. De cada diez hogares, siete habían caído en la pobreza. Pronto se mudaron a la localidad de Palo Negro, cerca de Maracay, donde creció rodeado de una sociedad moldeada por el espectáculo del canal televisivo MTv, que contrastaba con la dura realidad de las calles.
La situación forzó el desplazamiento de gran parte de la población rural a los asentamientos urbanos, que les brindó lugar en villas alejadas de las oportunidades que prometían los edificios del centro. En esos sectores olvidados por la ley el hampa comenzó a extenderse como la pólvora, arrastrando con ella a miles de niños y niñas que empuñarían un arma antes de los 10 años, y crecerían asumiendo que nunca iban a llegar a la adolescencia. El pegamento resultó ser la única vía de escape accesible, pudiendo compartir una bolsa de POXI-ran entre varios niños, y desencadenando una masacre espantosa de “huelepegas” que se entregaron a los tóxicos vapores. Quienes sobrevivieron a ello, tuvieron que atravesar en su adolescencia la popularización de la heroína.
La generación de Tirone creció viendo morir a conocidos, amigos y familiares, asesinados por el hampa, las drogas o el hambre. Cadáveres anónimos en los costados de las rutas, familias violentas y disfuncionales, robos, desnutrición y ajustes de cuentas. Era conocimiento popular que, si alguien cumplía los 15 años en un barrio, era o bien porque no había ingresado al hampa, o bien porque había sido el peor de los malandros. En síntesis, la generación perdida de los 90’ creció rodeada de muerte.
Los ghettos se organizaron puertas adentro en base a la cultura gangsta que llegó importada de Estados Unidos: una fuerte impronta territorial determinaba las relaciones con los propios y los ajenos. La cultura hip-hop se expandió: desde el merengue-rap de Sandy & Papo el género evolucionaría tornándose más serio, mientras los DJs participaban en fiestas multitudinarias en casas, y el graffiti y el breakdance se asentaban como disciplinas.
La bohemia de Maracay, conformada por artistas de todo tipo, encontraba su resguardo de las requisas y la violencia policial en La Zona, un sector ubicado en las cercanías de las escuelas de arte y los museos. Allí, quienes llegaban desde los barrios tenían clara su procedencia, y se reunían a compartir cultura underground bajo la idea de representar a su sector.
En medio de la decadente y caótica coyuntura, Maracay supo erigirse como un bastión de resistencia. Tomas de colegios y enfrentamientos con la policía marcaron a la generación perdida, que creció entre la desilusión y la lucha, sabiendo que, para cambiar las cosas, tendrían que combatir. Era la actitud necesaria para que fuera esa la ciudad donde nacería el denominado “rap conciencia”.
TODAS MIS CANCIONES SE LLAMAN VIDA
El cantar de Cerbero
Durante su corta pero impactante carrera, Canserbero lanzó dos mixtapes, dos discos colaborativos y dos discos propios, además de varios singles de la talla de “De la Vida Como una Película y su Tragedia, Comedia y Ficción”. La clara filosofía con que abordó cada uno de sus trabajos ha decantado en un legado musical que constituye un único relato, un discurso definido que siempre es coherente consigo mismo y con el mensaje que transmite.
El discurso es, según lingüistas como Joel Sherzer, la expresión concreta de las relaciones entre lengua y cultura. Es el punto de comunión entre el entorno y el mensaje, donde las palabras son la herramienta para crear relaciones de significados, definidas por la ideología del narrador. Al tomar conciencia de que su obra existirá en el contexto que habita, Tirone se transforma en Canserbero para posicionarse en el lugar del “maldito mensaje viviente”, desde donde elaborar un discurso monolítico en el que sus diferentes partes se reconozcan mutuamente y siempre sean coherentes entre sí. Canserbero puede llamar a la conciencia en una canción, cantar al amor en otra y atacar a su competencia en otra, y siempre será un mismo y único mensaje. Esta es una de las razones por las que su legado caló tan hondo: constituye un ejemplo de compromiso y convicción, de discurso coherente.
“Creo que ya es tiempo de explicarles / Que a veces es Tirone el que canta y otras veces Canser / Tirone busca un despertar pa’ que tu pueblo avance / Y Canser hace que los mochadores en paz descansen
(Canserbero, 2010, Epílogo, Vida).
De esta forma quedan claras sus dos facetas al escribir: una, busca un despertar de conciencias, mientras que la otra, le cuida las espaldas para poder llevar su mensaje. Sin embargo, al analizar las temáticas abordadas en sus letras, es evidente que Tirone no solo escribía para Latinoamérica, sino que muchas veces lo hacía para sí mismo. Temáticas como el desamor, la ira o el miedo a la muerte configuran un tercer enfoque que, como el perro del inframundo Cerbero o la tríada Padre, Hijo y Espíritu Santo, completan una trinidad que es uno y tres al mismo tiempo. Un discurso en tres mensajes. El Poeta, el Campesino y el Índigo.
El Poeta
La desambiguación entre el rapero y la persona era usual en Tirone. La construcción del personaje, por profunda que sea, siempre va a presentar limitaciones a la hora de indagar en lo interior, en los sentimientos personales, en esos momentos en que pareciera escribir más movido por una necesidad que por una decisión racional. Como señala en una de las entrevistas “primero ser humano y después lo que sea. Rapero, entre otras cosas” (“Entrevista a Canserbero sobre su vida”, Hijo del Sol y la Luna, YouTube)
Quienes lo conocieron confirman la pista que brindan sus letras acerca de que su particular sensibilidad. Habiendo sido criado en un contexto tan duro, sorprende la manera en que es capaz de quitarse toda coraza y narrar con delicadeza y color sentimientos que lo muestran vulnerable, frágil, desorientado.
El desamor era un tema recurrente. Un desamor entendido como una muerte, a la que volvía a ver a los ojos en destellos del pasado, que parecía volver a escapársele. En su nombre supo entonar verdaderos himnos a la angustia, haciendo uso de expresiones poéticas cargadas de sentimiento y belleza.
Como empujar a un niño de un año y medio de vida / sin una maldita razón / Como un paracaidista que olvidó el paracaídas, / así se derrumbó este amor
(…)
Diviértete, vuela muy lejos / Que si llegamos a viejos y nos vemos / Te diré “Te odio” después de aspirar tu pelo / Y si morimos y hay un cielo, me escaparé del infierno / Y te haré el amor en una nube en honor a nuestros recuerdos
(Canserbero, 2010, Pensando en Tí, Vida).
También la traición lo reconoce vulnerable. Jeremías 17:5 es el bonus track del disco “Muerte”, y aunque esta temática no haya sido tratada en muchas más canciones, destaca por lo visceral del odio que expresa. Una proclama de desprecio hacia alguien amado no es más que el réquiem de esa persona, producto de un interior desgarrado que marchitó, convirtiéndose en muerte.
No críes cuervos, o arrancarán tus ojos de sus cuencas
(…)
¡Válgame, soy un iluso! Tan bravo que me la doy / Y el abuso es natural / Que en contra de mí den uso
(…)
Ojalá te mueras, antiguo compadre / Y nos veamos en el infierno pa’ volverte a matar
(Canserbero, 2012, Jeremías 17:5, Muerte).
Sin embargo, su mayor expresión de vulnerabilidad surge del desconcierto que le produce la muerte cuando toca a un ser querido. Cuando tenía alrededor de 10 años su madre falleció, y con 12 años su medio hermano mayor fue asesinado. Luego de eso, tuvo que criarse entre la generación perdida, donde amigos y conocidos morían prematuramente en las calles. A su hermano dedicó la canción “El Primer Trago”, mientras que a su madre “Ley del Hielo”.
En ella, Tirone es todavía un niño. No comprende lo que sucede, pero dicen que su mamá partió a “un mundo mejor”. Relata este desconcierto como si jugara a las escondidas, proponiéndose encontrarla “donde sea que esté”. Pareciera negarse a asimilar la muerte, “no aceptar lo que no puede ser”, en una canción donde se muestra indefenso.
Ya he contado bastante y no te encuentro, basta de este juego / Cierro los ojos y ahí estás, los abro y noto que estoy ciego
(…)
Las hojas del árbol de mi alma, todas se han ido / Me niego a aceptar lo que me quieren hacer ver / Todo esto que está pasando no tiene sentido / No hay motivo pa’ aceptar lo que no puede ser
(…)
Y aunque a veces no entiendo por qué no está conmigo / Sigo creyendo que sus razone’ ha de tener / No puedo negar que estoy bastante confundido / Voy a encontrarla ahora mismo donde sea que esté
(Canserbero, 2010, Ley del Hielo, Vida)
Perdón, mi vieja, por desearte la muerte / Aquella vez que en un regaño me pellizcaste muy fuerte / Y ahora por no tenerte yo no me perdono / Y aceptaré con gusto si me toca morir solo
(Canserbero, 2008, Perdón, Guía para la acción)
Respecto a la muerte formula preguntas constantemente. A lo largo de su obra se encuentran múltiples intentos de llegar a alguna conclusión acerca de qué hay después, no solo para él sino para quienes vio marchar.
A veces odio esta vida aunque temo a la muerte
(Canserbero, 2008, Ni de oro ni Goldfield, Guía para la acción)
Quisiera tanto poder verte de nuevo / Y corroborar que te fuiste pa’ vivir en algún cielo
(…)
El primer trago para el suelo / Y una mirada para el cielo / Un año más sin ti físicamente, pero en mi mente siempre / No sabes cuánto te quiero
(Canserbero, 2012, El Primer Trago, Muerte)
Y si estoy equivocado, perdón te pido / Porque en el fondo en ti quiero confiar / Pero si existes no creo que estés conmigo / Y si es mentira lo que digo, entonces envíame una señal
(Canserbero, 2010, Perdiendo la Fe, Vida)
Es tan intensa su fijación que comienza a dar signos de haber adquirido conciencia acerca de la inminencia de su propio fallecimiento. La insistencia con que trata el tema hace que sea difícil verlo como un mero recurso narrativo. Habiendo tenido a la muerte tan cerca a lo largo de su vida, no sorprende que le resultara lógico encontrarla tarde o temprano, como ocurrió a sus 26 años.
Lamentablemente he muerto, pero no dejaré la música / Pues el alma no ha salido de mi cuerpo
(…)
Ya no son diecipico, son veintipico / Y ni hablar del de la hoz que me está viendo de lejitos / Planeando cómo cumplir su responsabilidad / Si con un crimen, un accidente o una enfermedad
(Canserbero, 2012, C’est la Mort, Muerte)
En la canción “De mi Muerte” relata una experiencia en la que se ve a sí mismo de niño, y luego de anciano. Su versión del futuro le explica que debe dejar de quejarse y cumplir una misión en la tierra, que es llevar su mensaje de vitalidad a las personas. Instantáneamente el hombre chasquea los dedos y Canserbero se encuentra a sí mismo en su propio velorio, siendo demasiado tarde para ejecutar el plan. Es entonces que exclama “¡Para!”, poniendo fin a la secuencia, de la que habría salido para finalmente crear el tema.
Y dijo: «Debes cantar como si nadie te estuviese escuchando / Debes bailar como si nadie te estuviese observando / Debes amar sin miedo a ser traicionado / Aunque sin darle prioridad al que prioridad no te ha dado, claro
(Canserbero, 2012, De mi Muerte, Muerte)
La pista resume su vocación de mensajero. Siente que es quien debe dar un mensaje, fomentar un cambio, mientras la muerte le pisa los talones.
Soy quien golpeará al Estado
(Canserbero, 2008, La Voz, Guía Para la Acción)
Hace falta valor, y no lo digo por rimar / Porque rimar no es don, como si lo es con corazón rimar / Me tendrán que matar, pa’ que no escriba más pasajes / Aunque habrán matado al mensajero pero no al mensaje
(Canserbero, 2012, Un Día en el Barrio, Muerte)
Sus reflexiones acerca de lo efímero lo arrojan a una única conclusión: valorar la vida mientras la tenga. Es por eso que asume su mensaje como uno de vitalidad, como un llamado a amar entre tanta muerte. Por eso, todas sus canciones se llaman vida.
¿Tú desde hace cuánto no hablas con tus padres? / ¿O esperas a que sea demasiado tarde para ir a abrazarlos?
(Canserbero, 2008, CANbiate, Guía Para la Acción)
¡Todas mis canciones se llaman vida!
(Canserbero, 2010, Vida, Vida)
En “Y en un Espejo Ví” se evidencian los lazos que atan a sus reflexiones y pensamientos íntimos con el mundo que le rodea. A partir de una visita a su madre en el cementerio, la canción responde a una voz que le exige narrar “la razón de lo que soy”, por lo que comienza hablando acerca de su niñez y de cómo fue dándose cuenta de “que la vida es diferente y que pudiera ser mejor”. Marcado por la crudeza de las injusticias que lo interpelaban, su mundo mágico de la niñez fue derrumbándose junto con los motivos para seguir viviendo en lo que parecía una pesadilla. Ya de adulto, habiendo tomado la decisión de acabar con todo, es abordado por un ciego que lo convence de que la vida merece otra oportunidad. Es entonces que resignifica su existencia para ser quien narra los hechos, para ser el mensajero.
La razón de lo que soy, la historia que se repite en muchas vidas / Pero que no todos pueden / Expresar con tu don / Y es por eso que tú debes servir de conexión / Para eso están los cantantes / Para tocar el corazón
(Canserbero, 2012, Y en un Espejo Vi, Muerte)
Las conexiones entre sus sentimientos y el mundo, entre el poeta y el campesino, son múltiples. La crueldad del mundo creado para el león no solo es causa de las tragedias que lo llevan a considerar el suicidio, sino del paso filosófico previo: la duda respecto a Dios. Canserbero no duda de Dios por un cuestionamiento teórico, sino por la contradicción que para él representa la miseria del mundo. Allí, en lo más profundo de sus dudas, donde a veces se define como ateo, otras como agnóstico y otras simplemente como indeciso, se encuentra la mayor conexión entre el “yo” y el “nosotros” de Tirone.
Y es que no hay oración buena cuando la tripa te suena
(Canserbero, 2010, Clima Tropical, Vida)
Por eso yo no creo que dios a mí me haya ayudado / Porque en todo caso hubiese ayudado primero / A los niños de Etiopía que a diario habían rezado / Y sin embargo, por desnutrición se fueron
(Canserbero, 2010, Perdiendo la Fe, Vida)
El Campesino
La actividad petrolera desencadenó un éxodo rural en Venezuela durante el siglo XX, que se acentuó con las crisis y políticas neoliberales de los 90’. Producto de este fenómeno, retratado en la novela Casas Muertas, era común que las infancias de la generación perdida tuvieran abuelos provenientes del campo. Se trataba de personas desplazadas forzosamente por intereses ajenos, víctimas de un crecimiento desigual, a las que no quedaba más alternativa que aceptar sus nuevas condiciones y pelear por el ascenso social. Es en representación de este sector (no solo las personas de campo, sino los desplazados) que Canserbero se hace llamar “El Campesino” desde su primer mixtape “Guía Para la Acción”. Canserbero representa al pueblo, y le habla directamente a él, como cuando plantea “Que nos ayuden estos gobiernos, lo dudo / Por eso les propongo cambiar el futuro / Nosotros, pueblo, no hace falta más ninguno” (Canserbero, 2010, ¿Aceptas?, Vida)
Su rap entiende al género como un motor de cambio social. Es entonces que el rol de mensajero amplifica su sentido al entender la necesidad de hacer un llamado a la conciencia. “Cuando simplemente empiezas a sincerarte con tu rap, empiezas a escribir política. Se te sale, se te escapa” dijo en el foro “Hip Hop: Un instrumento de paz” (Canserbero y cescru enlace 1 parte, YouTube, 2012). La paz es la utopía que persigue: “Yo quiero que la avaricia nunca le gane al honor / Y que la única religión en el mundo se llame amor” (Canserbero, 2010, Mucho Gusto, Vida)
La violencia institucional, manifiesta en la policía y en la corrupción política, es retratada constantemente a lo largo de su música. Un barrio indefenso contra los abusos del hampa no es oído por las autoridades, por lo que en “CANción de la Prisión” hace justicia por mano propia y cae tras las rejas.
¿Señores gobernantes, ustedes qué harían / Si está libre todavía el que les mata un hijo a sangre fría?
(…)
Pues solo el del barrio es huésped de ese infierno / Mientras cuellos blancos narcos gobiernan estos gobiernos
(Canserbero, 2008, CANción de la Prisión, Guía Para la Acción)
En cambio, la clase baja es la policía / Que te dicen “quieto y cédula” en vez de los buenos días
(Canserbero, 2010, Martillos y Ruedas, Vida)
A pesar de ser sumamente crítica con el pasado de Venezuela, su obra también denuncia enfáticamente el presente. En sus letras y redes sociales, Canserbero no vaciló en cuestionar abiertamente a los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en un contexto cada vez más complejo en materia de censura.
No obstante, seguiré diciendo Venezuela / Así Hugo Chávez me diga escuálido algún día en cadena / Le escribiré un tema de lo que pienso y lo que veo / Pues no me importa hablarle feo a quien sea por lo que creo / Le escribiré un tema de lo que pienso y lo que veo / Pa’ sepan que canto lo que me sale por…
(Canserbero, 2008, Advertencia, Guía Para la Acción)
El problema material adquiere una gravedad imposible de ignorar para Tirone. Resulta vital visibilizar la pobreza, para que se tomen medidas en contra de la desigualdad que la provoca. A los ojos de Canserbero, los contrastes del mundo son crueles y profundamente dolorosos. “Qué linda Venezuela, qué grande Simón Bolívar / Y su cara en billetes, pa’ los más pobres desconocida” (Canserbero, 2010, Clima Tropical, Vida)
Más allá de retratar las masacres que provoca el hampa, Tirone conoce la tentación que sienten los jóvenes de unirse para salir del hambre. Es por ello que advierte a su pueblo acerca de los peligros de elegir lo que se promete como un camino fácil. “Llovía” narra la historia de Benito, quien ingresa a la mafia local como un héroe, pero pronto debe huir por su vida para finalmente enterarse del asesinato de su madre en un ajuste de cuentas.
Esto es solo una historia más de lo que está pasado en mis barrios latinos / Respeto no merece el malo, sino el que consigue la felicidad / Ese sí es el más malandro
(…)
Piensa bien si quieres ingresar al hampa, hermano / Por si luego tienes ganas de salir / No tengas que decidir por tus opciones a elegir / ¿Cuáles? ¿Cuáles son? Morir o sufrir
(Canserbero, 2012, Llovía, Muerte)
El problema de Venezuela no es visto como un hecho aislado: es el problema de Latinoamérica, cuyas venas siguen abiertas por un pasado sumamente injusto y doloroso que condiciona su actualidad. Siempre fue una historia de vencedores y vencidos, y el problema quizá sea aceptar nuestro papel.
Americanos son todos los que en esta tierra luchamos / Lástima que hayan pueblos hermanos / Que actúan como si hubiesen olvidado / Que americanos son todos los que en América estamos
(Canserbero, 2010, Americanos, Vida)
Producto de esta génesis desigual, la dinámica se constituyó en torno al sometimiento al poder. De esta manera, durante los procesos neoliberales se intensificó la herencia de una “identidad prestada” que solo es funcional a los intereses extranjeros, olvidando la esencia propia. Es entonces que el problema se vuelve más profundo: además de ser material, se torna cultural. Un pueblo que se desvive por las nociones de éxito impuestas por la sociedad del espectáculo, buscando dinero y fama antes que la felicidad propia y ajena, está condenado al estancamiento en la servidumbre.
Es que se ha confundido la felicidad con dinero en exceso / Mientras la vida se escapa sin retroceso
(Canserbero, 2010, ¿Y la Felicidad Qué?, Vida)
Hasta que las ganas de tener poder / Sean más pequeñas que las ganas ‘e ser feliz / Hasta que universidades lleguen a los barrios bajos / Y a las cárceles en tu país / Hasta que las armas de esta población / Sean la preparación más que las balas de un fusil / Seremos dependientes siempre / De aquellos seres que te oprimen y que deciden por ti
(Canserbero, 2010, Americanos, Vida)
Si hay algo que caracteriza a esta “identidad prestada”, es el individualismo. La férrea competencia a la que nos sometemos entre nosotros ayuda a consolidar la desigualdad, concentrando los beneficios y evitando que la realidad latinoamericana cambie.
Soy alguien que se molesta cuando ve persona / Cuya meta es un carro lujoso en vez de una mejora
(…)
No importa que corra la sangre hasta que corre nuestra sangre”
(Canserbero, 2008, CANbiate, Guía Para la Acción)
A veces pienso que no hay almas. / Que fueron cambiadas por armas, nalgas y faldas / O cualquier cosa que cueste pero no valga
(Canserbero, 2008, El Mundo Ya se Acabó, Guía Para la Acción)
Pero no solo se trata de individualismo. Se trata de una decadencia de valores generalizada, como retrata en “Mundo de Piedra”. Allí, cuenta en tres actos tres historias interrelacionadas, valiéndose de una narración centrada en un personaje a la vez, revelando los puntos de contacto a medida que avanza la canción.
Un policía se despide secamente de su esposa, y sale a patrullar. La mujer, carcomida por los celos, toma un taxi y pide al conductor que siga a su esposo, dejando la casa sola para el hijo, quien sale a comprar drogas. En la calle el chico es asaltado, y el patrullero del padre, que venía de cobrar coimas, ignora la escena que ve a la distancia sin identificar a los protagonistas. Finalmente al hijo le disparan, y agonizante llama a su madre, que no atiende cegada por la rabia. Carlos el policía ingresa a un prostíbulo, donde lo sigue su esposa, quien le dispara sin mediar palabra. En el cierre de la canción, un programa de noticias detalla lo sucedido, pero la presentadora termina saliéndose del guión: “Continuando con las informaciones, el país se hunde en la / mierda mientras las autoridades no hacen nada al respecto, / y la sociedad se pierde en una indetenible decadencia de valores.” (Canserbero, 2010, Mundo de Piedra, Vida)
Una canción, una obra o un discurso carecen del poder efectivo para solucionar por sí mismos problemas materiales. Canserbero, además de reconocer que el problema de base es cultural, toma conciencia de que su rango de influencia se limita a esa esfera. Es por ello que su llamado es a cambiar las bases, modificando cómo entendemos el mundo, para luego poder cambiar el mundo. Nunca habrá revolución, sin evolución de conciencias. Lo que necesitamos es dar ese paso.
Nunca habrá revolución sin evolución de conciencias
(Canserbero, 2008, CANbiate, Guía Para la Acción)
Hay que crecer, cambiar nuestra mentalidad / Pues la inseguridad en estos días es en realidad / Una moda más que una necesidad / Pues el subdesarrollo empieza en la mente ‘e la sociedad
(Canserbero, 2008, Guía Para la Acción, Guía Para la Acción)
Este estado de sometimiento a los sistemas de significación dictados parte de un solo punto: la ignorancia. Por eso, la salida solo puede darse de una forma, y es con educación. Los sectores marginales son los más vulnerables, por eso su propuesta es llevar los libros a los barrios, para que por sí mismas las personas puedan entender que tienen la capacidad de ir más allá de donde se espera.
Yo no soy un profesor, solo doy mi opinión / Pero creo que gran parte del problema está en la educación / Que ya no la dan los padres ni las madres / Sino la televisión
(…)
Hay que leer, hay que aprender, hay que crecer / Hay que atacar sin olvidarnos defender / Hay que cambiar para hacer entender / Que somos parte del mundo, no del tercer
(Canserbero, 2008, Guía Para la Acción, Guía Para la Acción)
Y es que es la ignorancia la que hace a los pueblos pobres / Y los hombres de rodillas son más rodillas que hombres
(Canserbero, 2010, Martillos y Ruedas, Vida)
La educación dada debe ser emancipadora, basada en tomar conciencia de que el pueblo tiene poder. Se necesita hacer despertar a los pueblos latinoamericanos, rendidos a jugar con reglas impuestas que siempre les son desfavorables, para que descubran que pueden ser mejores haciendo las cosas diferente. Su propuesta no se queda en la crítica, sino que es un llamado a la acción. Un grito a la vitalidad y la autodeterminación, cuyo núcleo es el amor y la empatía, para trabajar por una realidad mejor para nuestros hijos.
¡Sí!, Vamos Venezuela despierta / Latinoamérica despierta / Que esta canción no será eterna, de tu parte esta que aprendas / A limpiar la mierda que en tu mente afecta
(Canserbero, 2008, El Mundo Ya se Acabó, Guía Para la Acción)
Con estudio, con trabajo, con respeto, con amor / Yo les propongo cambiar el futuro / Si aceptas levanta el puño y grita ¡Lo juro!
(Canserbero, 2010, ¿Aceptas?, Vida)
En el foro “Hip Hop: Un instrumento de paz” Tirone sintetizó su punto de vista respecto a la importancia de la acción, al decir que “Lo único que podríamos hacer nosotros es hacer cosas tangibles. Cosas que de verdad queden para la gente y que promuevan la paz. Yo pienso que de nada sirve que nos sentemos a hablar de paz sino que hagamos cosas.”
Su mensaje es, en esencia, un llamado a la conciencia, a la acción, pero también a apoyar un movimiento que es más que la suma de sus partes. La canción “Únetenos” constituye la carta de invitación, precedida por una cita de Eduardo Galeano, a la unidad latinoamericana. Su característica voz se desgarra aún más al gritar las limitaciones de su individualidad, en un pedido que es casi un ruego de que comencemos a entendernos como hermanos. Él no tiene la receta, pero sabe que, de unirnos, podríamos encontrarla.
Y aunque no soy la vacuna para el cáncer / Ni el plato ‘e comida pa’l niño en Somalía / Y las desgracias / Sé que no van a cesar solo por lo que yo les cante / Éste es mi grano de arena, únetenos / Ésta es mi gota de agua, únete”nos / Porque solos no podemos hacer médanos / Porque solo yo no puedo hacer océanos
(Canserbero, 2010, Únetenos, Vida)
El Índigo
Hay quienes plantan obstáculos para esta gesta, ya sea depravando el rap venezolano e invisibilizando sus virtudes, o atacando directamente a Canserbero. Es entonces que adopta el papel de Índigo.
No puede entenderse esta propuesta sin conocerse la idiosincrasia del rap, género marcado por una actitud confrontativa basada en las disputas en representación territorial, que se refleja tanto en las batallas de freestyle como en los “beefs” o “tiraeras”, donde el “diss-track” es prácticamente un subgénero compuesto por canciones atacando y respondiendo a otros raperos.
Una corriente New Age popularizó, en la década del 90’, el concepto de niño índigo, que concentra a los niños prodigio que poseen habilidades excepcionales por las que se destacan del resto. Además de ser empáticos, profundamente espirituales y decididos, se les han atribuido fuertes intenciones de cambiar el mundo, y hasta poderes sobrenaturales. En este sentido, Canserbero decide llamarse a sí mismo el Índigo del rap latinoamericano, porque es quien lo representa.
La necesidad de purgar el rap de los artistas que no contribuyen no se presenta como una búsqueda totalmente individual, sino que es una tarea que cumple con el objetivo de mejorar la cultura. Obviamente, al postularse a sí mismo como representante (puesto por el que peleó arduamente desde sus inicios), termina siendo él quien ocupa el lugar del que desplaza al resto, pero no es él solo.
Se trata de una misión en los términos en que lo plantea: No es algo que quiera hacer, sino algo que tiene que hacer. Incluso reconoce que es más importante hacer rap conciencia, y que estas letras pueden ser una distracción, pero lo ve como algo inevitable. Habita esa contradicción.
Odio hablar de esto, desperdiciar una gran pista / ¿Pero cómo hago? Si me sobran letras pa’ los masoquistas
(…)
Algunos me dicen “no pierdas tiempo compitiendo” / Sigue escribiendo temas como lo vienes haciendo / Sé que es lo mejor, pero hay una voz que me dice / Que asesine a letras a to’ esos mediocres que me maldicen
(…)
Te lanzaron Can, ¿qué vas a decir ahora? / Como si me interesara la envidia de esas señoras / Que adoran a los malditos gringos que hay en MTV / Que si se los encontraran en las bolas se le guindaran / En cambio, a mí una madre llorando me decía / Que le ayudó el tema “Mañana será otro día” / Eso es lo que a mí me importa pues no escucho porquerías / Podridas que me lanzan raperitos ‘e fantasía
(Canserbero, 2008, Advertencia, Guía Para la Acción)
¿Competencia? Es un punto secundario / Decir la verdad es primario en mi hip-hop es necesario
(Canserbero, 2008, Ni de Oro ni Goldfield, Guía Para la Acción)
La identidad prestada por MTv, implantando sentidos ajenos que nos condenan a todo tipo de pobreza, se refleja también en el rap, donde se busca llamar la atención superficialmente y hacer todo lo posible por tener el primer puesto, desde quedarse en las apariencias de un falso exotismo gangsta, a limitarse a vivir de la polémica porque resulta redituable. Todo esto termina por alterar la esencia del movimiento, desplazando el foco de lo importante a lo accesorio, y fallando en su vocación emancipadora.
Prendas, apariencias, vestimentas, no hacen a un hip-hopper
(Canserbero, 2008, Ni de Oro ni Goldfield, Guía Para la Acción)
Pero hoy todos quieren ser primeros / Solo rimar no es un talento caballero / Rimar verdad y vivir con humildad / Es el mayor, único y supremo talento verdadero
(Canserbero, 2008, CANpesino, Guía Para la Acción)
A tu criterio, dime si eres ese insecto / Que más que influenciarse quiere cambiarse el acento / Y no contento, maldice esta patria que le dio casa / Y no tiene las bolas pa’ decir lo que en su tierra pasa
(Canserbero, 2010, ¿Quién Eres?, Vida)
Canserbero también responde a quienes lo atacan directamente a él. Como todo rapero que salta a la fama, fue atacado en múltiples ocasiones por contrincantes que esperaban darse a conocer obteniendo una respuesta, lo que le despertaba una gran indignación.
Despierten, o no serán más que con algo ‘e suerte / El raperito que al del rap consciente le deseó la muerte
(…)
Mi música es para urbanización y barrios / Para educar y para aplastar adversarios
(Canserbero, 2012, C’est la Mort, Muerte)
Y todavía a estas horas no me he molestao’ / En escuchar siquiera lo que yo sé que me han lanzao’ / No como mucho equivocao’ que ya creen que esta canción / Es pa’ ellos como si yo supiera quiénes son
(Canserbero, 2008, Advertencia, Guía Para la Acción)
En “Y en un Espejo Ví”, va definiéndose a medida que avanza la historia (un niño, un chamo, un hombre, un poeta). Sin embargo, sobre el final, habiendo superado sus impulsos suicidas y reencauzado su vida para convertirse en poeta, vuelve a definirse una vez más, en su situación actual. En esta ocasión, hace referencia a cómo se siente respecto a los conflictos, para concluir reivindicando su humanidad: “Sin embargo las mentiras suelen provocarle ira / Por lo cual no puede botar completamente el rencor / Hay un tipo en Venezuela que aunque digan lo que digan / Es real como cualquiera que sienta rencor y amor” (Canserbero, 2012, Y en un Espejo Ví, Muerte)
El problema radica en que, producto de esta mentalidad egoísta y resultadista, otros raperos se empeñan en derribarlo en lugar de agradecer el esfuerzo que hace por representar a Latinoamérica. En la cultura hip-hop, representar es sumamente importante. Representar es un privilegio y a la vez una responsabilidad, es defender al grupo de pertenencia, hablar en su nombre y convertirse en su imagen. Es un puesto que se gana al demostrar compromiso y apego, pero también habilidad y actitud.
No hay diferencia entre su mensaje de conciencia y su rechazo a quienes le confrontan, puesto que, para él, la acción conjunta es esencial. Por eso, afirma que “mi respeto es pa’ toda esa gente que esto apoya / Aunque no les caigamos bien / Porque saben que estamos alzando una bandera / Que llena a los venezolanos estén donde estén” (Canserbero, 2008, CANpesino, Guía Para la Acción)
Resulta curioso apreciar lo mucho que el Poeta, el Campesino y el Índigo se conectan en un mismo discurso, a través de detalles sutiles. A la hora de enfrentar a sus enemigos, su recurso metafórico es mostrarse como el libertador Bolívar, “Yo soy real como Bolívar y su espada / Dándole puñaladas a los hipócritas por sus fachadas” (Canserbero, 2012, Jeremías 17:5, Muerte), o el libertador José Antonio Páez, quien con 153 lanceros venció a 1200 jinetes realistas, “Canserbero es como Páez con sus lanceros / Criticado por lo que se ha ganado por ser guerrero” (Canserbero, 2010, Epílogo, Vida). Todo está teñido de una misma visión histórica de lucha por la independencia.
Tampoco se desconecta de la proximidad de su propia muerte. Aquí el relato es que su momento se acerca, pero mientras esté vivo va a “llevarse a unos cuantos”.
Competiré hasta que me muera, pelearé por esto / hasta que me muera”
(Canserbero, 2010, Epílogo, Vida)
Yo le gané en el ajedrez a la muerte / Y me le escapé de cosas que solo yo sé, no sé por cuánto / Porque eso no estaba en el pacto establecido / Pero mientras esté vivo, voy a llevarme unos cuantos
(Canserbero, 2012, Ser Vero, Muerte)
Siempre se trató del rap latinoamericano, del pueblo latinoamericano y de la realidad latinoamericana. Todo esto lo hace por esa causa mayor, según declara su discurso. De la misma forma que “hay que atacar sin olvidarnos defender” él se convierte en el Índigo para defender un movimiento que prometió agitar las bases sociales de pueblos condenados a la miseria.
Esta es la dictadura del rap real, los que no sirven / Tirenlos por el balcón sin titubear, yo se los dije / Que golpearía al Estado en su momento / Y se rieron, ahora, bueno, agarren su justo escarmiento
(Canserbero, 2012, La Hora del Juicio, Muerte)
CONSTRUIR CON ORDEN EN ESTE DESORDEN MELANCÓLICO
A través de este trabajo se intentaron sintetizar algunas claves del discurso de Canserbero. Con fines teóricos, para comprender mejor la forma en que se construye discurso, y con fines prácticos, para que nuevos artistas se encomienden la tarea más difícil e importante, al menos en el rap: la coherencia respecto a una filosofía clara y arraigada. Pero no solo eso. Una tercera intención alentó este ejercicio de compilación: la divulgación de la obra de Tirone.
El mensaje de Canserbero se revitaliza en nuestras realidades del sur global tras cada atentado contra los débiles, tras cada engaño del individualismo y cada centímetro ganado por una conciencia importada que flaco favor hace a la sublimación de nuestras cadenas. Su pensamiento crítico, su convencimiento de que el camino es la educación, su abrazo a la hermandad que nos une, su llamado a la vitalidad y el amor, su hipersensibilidad en el mundo del sobreestímulo, lo elevan a los pedestales de la historia del hip-hop mundial como quien mejor supo representar a Latinoamérica. Su legado readquiere vigencia cada día, con frases que quedarán grabadas en la historia de nuestra cultura y esa autoconciencia manifiesta de que sus letras le sobrevivirían:
No estamos en el dos mil y pico, nada / Quién sabe cuántos siglos habrán transcurrido hasta esta velada / Pero qué más da, si el racismo sigue intacto / Y no hay tecnología que alivie el hambre y el dolor de tantos
(Canserbero, 2012, C’est la Mort, Muerte)
Sus cuestionamientos no deben estudiarse como un dogma del pasado, sino como una guía para la acción.
USA y Europa, humillando a los emigrantes / Que en tropas llegan a sus tierras con la ropa rota / Sin pan para meterse en la boca / ¿Es ésta la edad moderna o la misma mierda e’ gota en otra copa?
(Canserbero, 2012, Un Día en el Barrio, Muerte)
En la canción “Cuando Vayas Conmigo”, de CAN+ZOO, se cita un fragmento de un poema que no solo condensa el sentimiento del tema, sino quizá el de toda la obra de Tirone. “Gotera de dulce diamante” fue escrito por Winétt de Rokha, poeta chilena, en 1943, y es una bella coda para este viaje por la vida de un hombre que, en medio del desorden melancólico de dolor, sangre y muerte, supo construir un grito: “construir, construir llorando / construir con orden en este desorden melancólico”.
Por Fran Appignanesi.